sábado, 11 de febrero de 2023

Las normas y el respeto no van reñidas con la felicidad




WHAT?

Un día escuché a Risto decir en televisión aquello de que "si cuando hablas nadie se molesta es que no has dicho absolutamente nada". Pues hoy es uno de esos días de encender la mecha, ganar detractores o llámenlo como quieran.

Hoy en día estamos entrando en unas modas o unas corrientes en las que nos llevan a una mal entendida felicidad. El otro día leí por las redes que un niño tiene que ser alegre, saltar, sonreír, ser revoltoso y jugar todo el rato... así es feliz.

Pues lo siento, pero estoy en contra de esa moda hippie en la que siempre hay que estar sonriendo y el niño todo el rato jugando y divirtiéndose. Me explico, hay momentos para todo.

En un restaurante, en el tren, en la sala de espera del médico... hay una serie de normas. 

Si es verdad que el juego es una parte fundamental de la infancia, pero no siempre. 

Esas fotos en las que salen los niños por encima de las mesas en los colegios... no las llego a compartir, las entiendo, pero entiéndanme lo que quiero decirles.... Hay que marcar unas normas y unos límites, los cuales muchas veces los veo difusos.

Vivimos en una sociedad, donde mi libertad termina donde empieza la tuya.

Hay tiempo para todo, menos para educar (muchas veces), pues cuesta esfuerzo, y cualquier excusa es buena para no marcar límites.

Me reafirmo en la falsa felicidad creada por Mr Wonderful and company, en la que todo tiene que ser de color de rosas y todo tiene que estar bien. Yo me inclino más porque la felicidad tiene que ver con la gestión de las emociones (de todas). Todas tienen que ser vivenciadas y como adultos debemos ser capaces de ayudar a gestionarlas.

Que, ¿nos faltan habilidades emocionales? Eso seguro. Pero no nos dejemos convencer y les invito a reflexionar, porque no "todo lo malo es malo, ni lo bueno es bueno".

Límites, educación y respeto, mucho respeto. 

Que, ¿es una ardua tarea? Lo es, pero la educación y la felicidad de sus hijos lo agradecerá, se lo aseguro.

Y dicho esto... ¡Feliz fin de semana!