Queridos Reyes Mägos:
Este año he decidido no pedirles
nada para mí en particular, pero sí que me gustaría pedirles una serie de cosas
que aunque no sé si sus Majestades de Oriente podrán cumplirlas con que me
permitan que alguien “de Occidente” lea esta carta, yo me daré por satisfecho.
Como todos los años sus
majestades saben que les pido salud, amor y paz, no sólo para mí y para los
míos, sino para el mundo, pero este año quiero pedirles algo más, me gustaría
que pudieran meterse en las conciencias de las personas y les hicieran ver las
injusticias del mundo, para invitarles a la reflexión, les pido por esos países
desolados por el hambre, las guerras y las catástrofes naturales, que muchas
veces azotan con crueldad a los más indefensos…
Pero lo que realmente les quiero
pedir este año es por las mentes del
primer mundo, por los que gobiernan y por los que no, que permitimos que
existan injusticias y porque aun habiéndolas (que por desgracia, las hay) muchas
veces no reflexionamos sobre ellas.
Me gustaría que todos los niños
del mundo pudieran tener una educación, y una educación competente,
crítica y que les invite a pensar y desenvolverse con soltura en el mundo real.
Quisiera que esos niños nunca
perdieran la ilusión ni las ganas de luchar a lo largo de su vida.
Que no sólo con su presencia
éstos niños esbocen una sonrisa, sino que lo hagan pese a las adversidades.
Otro niño más,
Luis
Pdata; Les he dejado algo de café
en el tejado y mucha ilusión para que repartan entre los demás niños.
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